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Segundo trabajo de Heracles

La hidra de Lerna

G. Moreau: Hércules y la Hidra de Lerna (1876)

Los mundos míticos están poblados de prodigios: monstruos, fenómenos, sitios que son dioses dormidos…. Sin duda, las tareas de Heracles son hazañas mágicas y combates rituales. La hidra de Lema es, así, un fenómeno monstruoso: nacida de Tifón y Equidna, criado por Hera como una amenaza para Heracles, Hera, la bestia negra de Heracles… Fue en Lema donde Dioniso bajó a Hades en busca de Sémele; ahí se celebran sus ritos nocturnos y secretos. Muy cerca de ese lugar se encuentra también el recinto de los misterios de Deméter lernea, que señala el punto donde Hades y Perséfone descendieron en su día al Tártaro.

La hidra tenía su guarida bajo un platanero, en una fuente del río Amimona, y habitaba un insondable pantano, tumba de viajeros inadvertidos De su cuerpo, parecido al de un perro, surgian ocho o nueve cabezas de serpiente, una de ellas inmortal. La hidra era veneno puro: su solo aliento o el olor de su rastro podían acabar con cualquier ser vivo. Heracles llega conducido en el carro por su sobrino y escudero Yolao, que siempre lo acompaña. Por consejo de Atenea, lanza flechas de fuego hacia la hidra y contiene el aliento mientras la atrapa. El monstruo se enrosca en sus pies para hacerlo caer. El héroe golpea una cabeza con su clava y otras dos o tres surgen en su lugar. Parece una tarea imposible, interminable.

Un descomunal cangrejo sale del pantano para ayudar a la hidra y muerde a Heracles en el pie. El héroe grita, aplasta con furia la concha y llama a Yolao. El escudero incendia una parte del bosque con sus teas; y para impedir el surgimiento de tevas cabezas, quema las raíces y contiene los chorros de sangre. Luego Heracles, con su espada, corta la venenosa cabeza inmortal, una parte de la cual es de oro; la entierra entre los silbos de furia del prodigio, bajo una gran roca junto al camino. Saca las entrañas del cadáver y empapa sus flechas en la bilis. En adelante, hasta la menor herida de esas fechas será mortal.

Reconociendo los servicios del cangrejo en la lucha contra el odiado Heracles, Heta coloca su imagen entre los doce signos del Zodiaco. Y el rencoroso rey Euristeo no quiere contar ese trabajo de Heracles como una tarea debidamente realizada, alegando que Yolao tenía el mérito de haber proporcionado las teas.

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