Dice la leyenda que hace muchos años aparecía en Xochimilco la figura de una mujer vestida de blanco, la cual cruzaba las calles de la ciudad mientras lamentaba: ¡Ay, mis hijos!
Los habitantes de la ciudad decían que se trataba de una pobre mujer que había sufrido por un hombre que la había abandonado. Entonces decidió ahogar a sus hijos en un río y, arrepentida, intentó quitarse ella la vida. Pronto fue apodada como la Llorona.
Dicen que, a día de hoy, el espectro sigue apareciendo por las noches y recorre la ciudad con su vestimenta blanca. Aún hoy se puede oír su desgarrador lamento.