Diosa de la discordia y madre de todos los males
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En la mitología griega, Eris o Éride es reconocida como la diosa de la discordia (y representación de la envidia), ya que le gustaba provocar incidentes. Su equivalente en la mitología latina era Discordia. Considerada hermana de Ares y compañera inseparable del dios en las batallas.
Es la madre de todos los males:
Parió al doloroso Ponos (Trabajo), a Lete (Olvido) y a Limos (Hambre) y al lloroso Algos (Dolor), también a las Hisminas (Disputas), las Macas (Batallas), las Fonos (Matanzas), las Androctasias (Masacres), los Neikea (Odios), las Pseudologos (Mentiras), las Anfilogías (Ambigüedades), a Disnomia (el Desorden) y a Ate (la Ruina y la Insensatez), todos ellos compañeros inseparables, y a Horcos (Juramento), el que más problemas causa a los hombres de la tierra cada vez que alguno perjura voluntariamente.
Al no ser invitada a las bodas del mortal Peleo y de Tetis, a las que asistieron todos los dioses, Eris, por venganza dejó rodar entre los invitados una Manzana de oro con la leyenda: “Para la más bella“. Lo que causó que las otras diosas, entre ellas Hera, Afrodita y Atenea entraran en una disputa por obtener la manzana que les daría el título de la más bella. Zeus no quiso intervenir en la afronta y decidió que un mortal sería el juez en esta riña; así que mandó a Hermes para que las condujera al principe Paris, hijo de Priamo, para que hiciera las veces de juez, y así dirimiera quién era la diosa más bella.
Hera le prometió hacerlo señor de Asia y el hombre más rico del mundo. Atenea le garantizó triunfos militares ya convertido en el más bello y sabio. Afrodita se acercó, desnuda, y le prometió darle el amor de la mujer más hermosa: Helena, princesa de esparta, nacida del huevo de un cisne y de Zeus; la diosa del amor lo convenció diciéndole: ella se enamorara de ti. Paris le entregó la manzana, como símbolo de que era la más bella.
Dicha desición condenó a Troya a ser destruida.