Saltar al contenido

El asno y el caballo

Fábulas: Félix María de Samaniego

—¡Ah, quién fuese Caballo!,
un Asno melancólico decía,
entonces sí que nadie me vería
flaco, triste y fatal como me hallo.
Tal vez un caballero
me mantendría ocioso y bien comido,
dándose su merced por muy servido
con corvetas y saltos de carnero.
Trátanme ahora como vil y bajo,
de risa sirve mi contraria suerte;
quien me apalea más, más se divierte,
y menos como, cuando más trabajo.
No es posible encontrar sobre la tierra
infeliz como yo. Tal se juzgaba,
cuando al Caballo ve cómo pasaba,
con su jinete y armas a la guerra.
Entonces conoció su desatino,
rióse de corvetas y regalos,
y dijo: —Que trabaje y lluevan palos,
no me saquen los dioses de Pollino.

******

Imágenes Relacionadas: