Este
lugar, antes habitado por personas, ahora está deshabitado. El viento se pasea
triste con susurro fantasmagórico, sin darle su caricia a nadie; el sol no
halla prenda ni leña que secar; el agua de lluvia se desperdicia; la maleza
lentamente va cubriendo todo, se monta en las casas; los pájaros y los animales
rastreros andan a sus anchas, parece que los únicos beneficiados fueron
ellos.