Saltar al contenido

Los pájaros del Estínfalo

Mosaico de los trabajos de Heracles: matando a las aves del Estínfalo

Unas aves con pico, alas y garras de bronce, devoradoras de hombres, habían huido, asustadas, desde el barranco de los Lobos, en el camino de Orcómene, hasta el pantano de Estínfalo. En el sitio de donde salieron habían sido consagradas a Ares. Se alzaban en vuelo en enormes bandadas para matar hombres y animales bombardeándolos con una lluvia de plumas de bronce y con su venenoso excremento. Heracles debía extirparlas de ahí esa fue la orden de Euristeo para el sexto trabajo,

Esas aves, del tamaño de una grulla, se parecen a los ibis etfopes, salvo que sus rectos picos pueden atravesar el metal. Se crían en el desierto de Arabia, donde causan aún más daño que los leones. En Arabia, los cazadores expertos llevan corazas de cortezas trenzadas, donde los picos de estos funestos pájaros se enredan. Algunos dicen que una bandada de esas aves emigró desde esa península hasta el pantano y que el lugar dio nombre a toda la especie.

Otra versión las toma por mujeres, hijas de Estínfalo y Ornis (ave), pareja a la que Heracles mató al negarle la hospitalidad. En el antiguo santuario de Artemis Estinfalda se pueden ver imágenes de esas aves colgadas del techo y detrás del edificio hay estatuas de doncellas con patas de ave. Un hijo de Pelasgo llamado Témeno fundó tres templos en honor de Hera: en uno se la adoraba como niña (Témeno la había criado); en el segundo, como novia, pues se casó con Zeus; en el otro, como viuda porque repudió a su marido y se refugió en Estinfalo. Así pues, la bestia negra de Heracles se encontraba ahí también. Euristeo sabia adónde lo enviaba.

En el pantano, rodeado de un bosque, Heracles se dio cuenta de que no podría

ahuyentar a las aves con sus flechas eran millones. El pantano no parecía sólido como

para caminar por encima, ni líquido como para usar una embarcación. Heracles duda.

Entonces, Atenea le entrega un par de cimbalos de bronce que Hefesto fabricó-o quizá una matraca-. Desde el monte Cilene, que domina el pantano, agita los cimbalos y produce tanto ruido que aquellos pájaros, enloquecidos de terror, levantan el vuelo formando una bandada que oscurece el firmamento. Derriba a muchos mientras vuelan frente a la isla de Ares, en el mar Negro, donde los argonautas las encontraron en su viaje. Las aves no volvieron.

Imágenes Relacionadas: