Fábulas: Fedro
Mostremos en pocos versos, que es necedad no mirar por sí, y dar consejos á otros.
Un gorrion insultaba á una liebre que sorprendida de una aguila, lloraba amargamente. ¿Dónde está, le decía, aquella tu conocida ligereza? ¿Por qué no corres? Mientras hablaba así, le coge bien descuidado un gavilan, y le mata, por mas que chilla en vano. La liebre moribunda, para consuelo en su muerte, dijo: Tú, que poco há tan seguro te reías de mis males, mira cuan presto lloras con semejantes lamentos tu desdicha.
No insultes al afligido
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